miércoles, 25 de junio de 2014

I ULTRA TRAIL "AMANECER EN DOÑANA"


Ante todo, felicitar a la organización, ya que todo estuvo perfectamente planificado y controlado, si lo llegamos a saber que todo seria preparado a conciencia para convertirla quizás en la mejor prueba organizada de Huelva, no hubiéramos cargado con tanto peso en la mochila...solo un pero, en la meta con el tema de las duchas, pero quizás no sean ellos los culpables claro esta...
 



Felicidades a todos los Patapalos y amigos que realizaron esta durísima prueba, debido a que cerca de 20km eran de arena suelta dunar.






UN CAMINO DIFERENTE.  by Alex


Hace ya muchos años que no me prodigo por esos lugares, pero hubo un tiempo en el que mi vida era esa. He hecho muchos caminos y de muchas maneras diferentes: a caballo, en carro, en tractor. Desde niño, vivía sólo para ese mundo y cantes, bailes, romerías y caminos eran mi día a día, hasta que llega un momento que me doy cuenta que ya no tengo sitio allí. Que no encajaba en ese grupo con el que tantas vivencias había compartido. Y me separé de ellos hasta el punto de no volver a pisar las arenas en 13 años.


Un buen día, se me plantea la posibilidad de mezclar mi afición por correr y mi antigua afición rociera, y comprobar si sería posible hacer el camino en un solo día. Ir al Rocío de una vez. Sin paradas, sin noches, sin cantes ni juergas. Y empiezo a hacer mis conjeturas, busco diferentes rutas y planeo ritmos de carrera, pero claro, se necesita apoyo para esa hazaña. Todo mi plan se desmorona cuando me doy cuenta  que necesito que me esperen en puntos del camino con agua y con algún alimento sólido que me haga el viaje más cómodo. 


Y así pasa el tiempo, posponiendo continuamente mi reto personal de demostrar que es viable, que se puede andar en un solo día ese camino que tantas veces hice. Hasta que un día, me encuentro por casualidad que el Club Deportivo Androx organiza una Ultra Trail de 62 kilómetros en 9 horas, desde Huelva al Rocío. No me lo podía perder.


Era la oportunidad que tanto estaba buscando y en un arrebato de orgullo, empujado por mis compañeros del Club Patapalos, me inscribo sin pensar lo que estaba haciendo. Decido que voy a entrenar para hacerlo en un tiempo digno y sin sufrir, pero no tardo en darme cuenta que mi estilo de vida no me deja grandes espacios de tiempo libres para dedicarlos a los entrenamientos. Y ahí es donde empiezan las dudas. No llegaré en la condición física adecuada para tal esfuerzo, pero ya no había vuelta atrás. No quería, ni podía perdérmelo.


Sin apenas darme cuenta llega el día de la prueba y soy todo nervios. No puedo dejar de pensar en la noche que me espera y en que no me falte nada para la travesía que iba a emprender. “Disfrútala, sobre todo disfrútala”. Me dijo un organizador en el momento de recoger el dorsal. Pero, ¿Cómo se puede disfrutar de algo que para el común de los mortales es una locura?


Y de pronto,  casi sin darme cuenta, pasa el tiempo y llega el sábado, me veo rodeado de mis compañeros del club, vestido para la ocasión y apretado por corredores inquietos en la línea de salida hasta que suena el aviso del inicio de la carrera. Entonces es cuando empiezo a correr y por fin, los nervios desaparecen, todo se relaja y los gritos de ánimo de las personas que acuden a despedirnos hacen que mis piernas se muevan solas.


El camino fue duro, no lo vamos a negar, con altos y bajos, tramos cómodos y otros no tanto pero la recompensa merecía la pena todo el esfuerzo. Todo ayudaba a dar el siguiente paso, desde una palabra de ánimo de tu inseparable compañero, hasta el croar de las ranas al pasar junto a una laguna. Desde los gritos de ánimo de la gente divirtiéndose en La Punta del Sebo, hasta las palabras amables y cariñosas de los voluntarios en los avituallamientos. Los kilómetros pasaban, amanecía en Doñana y estaba a punto de llegar a esa ermita a la que tantas veces fui en tiempos pasados, y a la que no soy muy asiduo últimamente. Al final, llegué con orgullo y en un tiempo mejorable, pero con la satisfacción de haber cumplido mi parte del trato. 

Así disfruté de un camino donde cambié el vino por la bebida isotónica, el jamón por barritas energéticas, el cante por las palabras de ánimo a los compañeros, el traje de corto por unas mallas y una camiseta técnica, los botos por las zapatillas, el sombrero por un frontal luminoso, las alforjas por una mochila de hidratación y el estallar de los cohetes por el sonido de mi gps avisando que ha pasado otro kilómetro. En definitiva, un camino diferente.


Agradecer esta estupenda crónica de nuestro queridísimo patapalo Alejandro Barragán, recientemente padre de su segundo hijo, sin el cual no hubiéramos tenido un camino diferente, gran camino, y mira que a la salida pensé quedarme contigo amigo...ainsss




Y felicitar a todos los patapalos por su gran actuación y sobre todo a paco "el galgo", por ser el 1º de su categoría y subir al podium...enhorabuena





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